lunes, 20 de junio de 2022

"Cantad, Cantad, la Patria se Arrodilla", el himno del Congreso Eucarístico Nacional de México de 1924 y su partitura original


El himno de 1924, interpretado por Pedro Infante en la célebre película "El Seminarista" (1949)


La idea de realizar el Primer Congreso Eucarístico Nacional de México nació a principios de los años 20 por iniciativa del cura de Tlalpan, Antonio Sanz Cerrada, inspirado por los Congresos Eucarísticos Internacionales que se originaron en el año 1881. 

El Himno del congreso Eucarístico Internacional de Madrid de 1911 (Cantemos al Amor de los Amores) todavía se escucha con fuerza en México, en procesiones y adoraciones eucarísticas, y es quizá uno de los himnos eucarísticos más populares en lengua española. 

La iniciativa del padre Sanz fue apoyada por la archicofradía de la Vela Perpetua, la Adoración Nocturna y otros movimientos, de modo que el 20 de Marzo de 1923 los obispos mexicanos publicaron el edicto pastoral por el cual se acordaba la celebración del Primer Congreso Eucarístico Nacional, programando su celebración para Febrero de 1924, como presidente de la Comisión Organizadora fue elegido Mons. Leopoldo Ruiz y Flores, arzobispo de Michoacán, y como vicepresidente Mons. Emeterio Valverde Téllez, obispo de León

De inmediato la A.C.J.M. externó su apoyo al Episcopado, y se dedicó a promover el Congreso, organizando además dar facilidades a los participantes para asistir. Debido a la rebelión militar de Adolfo de la Huerta, el Congreso Nacional no empezó sino hasta el 5 de octubre de 1924, en la Ciudad de México. El éxito del Congreso fue inmenso; hubo conferencias, aplausos, discursos que entusiasmaron a los católicos. El fervor religioso despertado por el Congreso Eucarístico era un gancho al hígado para los anticlericales, y el presidente Obregón lo recibió como un desafío de los católicos, quienes lejos de doblar la cabeza por el incidente del Cubilete (la interrupción y prohibición de su construcción, iniciada en enero de 1923), proclamaban abierta y estruendosamente la Majestad de Cristo.

"El Congreso Eucarístico venía efectuándose con el beneplácito de la sociedad entera, y prueba de ello son las manifestaciones, casi unánimes, que hicieron ostensiblemente los vecinos de México (…) ni en el Centenario de la Independencia Nacional se advirtieron entusiasmo y armonía semejante a la mayor parte de las casas de la metrópoli ostentaron adornos en señal de adhesión al Congreso, y las solemnidades religiosas se vieron tan concurridas que los locales donde se celebraron no podían contener a todas las personas que deseaban asistir a ellas".

Así pues, Obregón extendió un comunicado a Eduardo Delhumeau, Procurador General de la República, denunciando al Congreso y a sus participantes por «violar las Leyes de Reforma, con actos de culto externo», añadiendo que el Ejecutivo estaba obligado a cumplir las leyes, y poco después se impartían sanciones a los empleados públicos que hubieran colocado imágenes en sus casas con motivo del Congreso. Dos años después, en medio de numerosos conflictos estallaría la guerra Cristera. 

Para el acontecimiento se elaboró una preciosa Custodia en plata, de tipo rectangular, con incrustaciones de piedra, un peso de 380 kilos y más de dos metros de alto, que contó para su fabricación con una generosa colecta de patrocinadores y la aportación de los propios fieles. 


La monumental Custodia -considerada uno de los más grandes tesoros de la Catedral de México- siempre ha permanecido en el templo capitalino, exceptuando el año 2000, cuando salió por primera vez a la calle con motivo del Segundo Congreso Eucarístico Nacional. Ella, como destaca el semanario ‘Desde la Fe’, ha sido tabernáculo de la Eucaristía en los momentos más importantes de la historia de México.

El himno oficial se publicó poco antes del congreso, con letra del RP Francisco Javier Zambrano S.J., y música del maestro Salvador Orozco. Las referencias a Jesucristo como Amor divino recuerdan la letra del himno del congreso de Madrid, pero la música empleada tiene un carácter mucho más épico. El himno ha sido orquestado, rearmonizado, y reeditado en numerosas ocasiones. En los últimos tiempos se le ha confundido también con el Himno Guadalupano, e incluso con el himno español. Presentamos aquí la partitura original.

Invitación:
Cantad, cantad, la Patria se arrodilla
al pasar Jesucristo Redentor,
un nuevo Sol para nosotros brilla,
¡Sol del Amor, del Amor!

Coro:
¡Hostia, Sol del Amor, tu luz inflama
el corazón de un México leal,
el corazón del pueblo que te ama, 
el corazón del pueblo que te aclama,
en tu paso, en tu paso triunfal!

Estrofas:
¡Triunfe tu amor, o Sol Sacramentado!
del corazón de un pueblo siempre fiel,
disipa ya las nieblas del pecado,
ven a reinar, ven a reinar en él.

¡Orne tu luz con resplandor divino
de nuestros padres la radiante Fé,
vuelva a buscar la patria su destino
de tu Sagrario, de tu Sagrario al pie!

¡Hostia de paz! La patria atribulada
solo de ti, remedio espera ya:
un rayo de tu luz, una mirada,
Señor, Señor, y vivirá!

Cantad Cantad la Patria se arrodilla, partitura

Cantad cantad la patria se arrodilla partitura

Cantad cantad la patria se arrodilla partitura
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