jueves, 4 de mayo de 2023

Requiem de Pietro Yon.

Cecilianismo fue un término acuñado en Alemania durante la segunda mitad del siglo XIX, se  origina  por  los  ideales  de  Kaspar  Ett  (1788 –1847) : restaurar la música de iglesia designando como “la única, verdadera y genuina” aquella que esta siempre supeditada a la liturgia y cuya inteligibilidad de sus textos y melodías es más importante que las muestras virtuosísticas. Centrado principalmente en el estudio de la polifonía romana del siglo XVI, influenció a otros músicos como Karl Proske (1794-1861) y Franz Xaver Witt (1834 –1888). 

Proske se trasladó a la ciudad de Ratisbona en 1823; para 1826 se ordenaría sacerdote, lo que lo pondría en contacto con el obispo de esa ciudad: Michael Sailer, quien presentó a Proske ante el rey Luis I de Baviera, entusiasta promotor de las artes, dando así lugar a un mecenazgo que le permitiría realizar una serie de viajes a Italia a fin de recoger obras musicales antiguas, que dieron como resultado la inmensa Biblioteca Proske, que conserva cerca de 30.000 obras de los siglos XV al XVIII.

Witt funda en 1868 la Sociedad de Santa Cecilia en la ciudad de Barberg, que obtuvo de Pío IX la aprovación pontificia con el breve Multum  ad  commovendos animos, el 16 de diciembre de 1870. Witt difundió en algunas publicaciones las metas de la Sociedad, entre las que la más destacable es el interés en la técnica contrapuntística de Palestrina. Se  alejan así,  deliberadamente  de la expresión musical-teatral, las interpretaciones romanticistas, las modulaciones extrañas, y los cromatismos propios de la música de su época, heredera de los románticos alemanes. 

El Cecilianismo se esparció por el mundo católico durante el  segundo tercio del siglo XIX, influyendo la fundaciones de organizaciones similares en otras naciones. En 1870, la Sociedad publica el primer catálogo de música aprobada para el servicio litúrgico, y en cuya lista aparecía en primer lugar el Canto Gregoriano, seguido de la polifonía a capella, música para órgano e himnos comunitarios. El movimiento Cecilianista llegó al continente Americano de dos formas: a través de Estados Unidos gracias a los numerosos emigrantes alemanes, que para mediados del siglo XIX constituían grupos compactos y organizados, en los que brillaron compositores como Johannes Baptista Singenberger, que en 1873 fundó la Sociedad Americana de Santa Cecilia; y a través de México, en particular de la editorial Pustet, en honor a Friedrich Pustet (1798 –1892) quien en 1889 publicó en español, por petición del señor Obispo de Querétaro, las ediciones de libros religiosos, música y teoría de la Sociedad Cecilianista

A los dos lados del Atlántico.

Pietro Alessandro Yon, organista y compositor, nació en el Piamonte italiano en 1886. Inició sus estudios musicales a muy temprana edad, en los conservatorios de las ciudades de Milán, Turín y posteriormente en la Academia de Santa Cecilia en Roma, donde se graduó con honores. De 1905 a 1907 fue organista asistente de la basílica de San Pedro, en Roma. En 1907, a petición del sacerdote Johnn B. Young, viajó a la ciudad de Nueva York, y se estableció como organista y director del coro de la iglesia de San Francisco Xavier en Manhattan. De 1919 a 1921 lo encontramos de nuevo en Roma como organista sustituto de la Capella Giulia (el coro de la Basílica de San Pedro) donde el propio Benedicto XV le nombra organista titular en 1920.

En 1927 es elegido organista titular de la Catedral de San Patricio de Nueva York, y en 1928 director de música, puestos que mantuvo hasta su muerte, en 1943.

Al igual que en el motu proprio de Pio X del 1903, en Pietro Yon confluyeron de manera armoniosa el Cecilianismo y los ideales del Nuevo Movimiento Litúrgico, con origen en la reforma gregoriana de Solesmes. 

La revista de los jesuitas de Estados Unidos, America Magazine, escribía al respecto: 

El señor Yon obtuvo la mayor parte de su formación musical desde la aparición del Motu proprio, y ha asimilado su esencia. Vino a este país hace pocos años a ocupar el puesto de organista en la iglesia de San Francisco Xavier, en Nueva York, una iglesia donde los melómanos, tanto católicos como no católicos, han aprendido a identificar la mayor de las noblezas en la música religiosa [...] proveyendo un esquema musical para la liturgia que será tanto moderno como correcto, y al mismo tiempo, interesante en su contenido musical. (Vol. 8, N. 1, Octubre, 1912)

Su larga lista de composiciones incluye The Triumph of St Patrick (oratorio), 21  misas,  varios motetes,  el Concerto  gregoriano para  órgano y orquesta, música de cámara, numerosas piezas para órgano, piezas para piano y canciones. Sus obras más conocidas son el villancico navideño Gesù bambino (1917) y la pieza para órgano Natale in Sicilia (1912).

El Requiem

La Missa & Absolutio Pro Defunctis (1917) de Pietro Yon, sigue un esquema típicamente cecilianista. Polifonía con acompañamiento de órgano, en alternatim con canto gregoriano acompañado, y con breves secciones a capella (a veces con sabor a fabordón renacentista), e incluso recitaciones en recto tono con acompañamiento obligado de órgano. 

Con una plantilla mínima de tres voces iguales (dos tenores y bajo) Yon explota las posibilidades compositivas, siempre enmarcado dentro del ideal de la supremacía del texto y del espíritu de cada momento litúrgico. 

Es especialmente notable el responsorio para la absolución del catafalco Liberame Domine, compuesto quizá deliberadamente en el mismo espíritu de la versión de Gabriel Fauré (1887). Es un movimiento agitado, podríamos decir furioso, con un breve solo de bajo, y secciones homofónicas a capella que recuerdan mucho el estilo romano, tan presente en compositores como Lorenzo Perosi (1872-1956). 

El programa de la música exequial es como sigue :

Resp. Subvenite, polifonía a capella.
Introitus - Kyrie, polifonía acompañada, a capella, y gregoriano.
Graduale-Tractus, recto tono.
Sequentia, gregoriano, recto tono, polifonía a capella y acompañada.
Offertorium, tenor solista, polifonía y recto tono con órgano solista.
Sanctus, polifonía acompañada y a capella y gregoriano.
Benedictus, bajo solista y polifonía.
Agnus Dei, bajo solista, tenor solista y polifonía a capella y acompañada.
Communio, polifonía a capella y acompañada y gregoriano.
Resp. Libera me, polifonía, bajo solo.
Ant. Ego sum - Benedictus, gregoriano y polifonía a capella. 
Ant. In Paradisum, polifonía a capella.

Buena escucha.