martes, 27 de julio de 2021

Misa en latín: ¿Por qué Francisco pasa por encima?

Michel Janva ofrece en Salon Beige un resumen del artículo de Jean-Marie Guénois escrito para su columna «Solo Dios lo Sabe» del diario francés Le Figaro.

¿Era necesario tocar el sutil equilibrio instituido por Benedicto XVI? ¿Poner en peligro la paz que tanto ha adquirido la Iglesia católica sobre el más inflamable de los debates, el de la liturgia? ¿No era más apropiado esperar hasta que el Papa Emérito ya no estuviera allí para efectuar la destrucción de la reforma más importante de su corazón?

[…] Empecemos por un punto fundamental: Francisco no abroga el rito preconciliar, no tiene el derecho ni el poder. Su objetivo es erradicar su uso, y también la idea de que este rito puede existir al lado o en paralelo, como una posible alternativa, incluso una opción abierta además del rito [post]conciliar, conocido como "de Pablo VI". Esta práctica y esta concepción se han instalado desde 2009 en determinadas mentalidades católicas y en particular entre las generaciones más jóvenes. Francisco quiere luchar contra esta visión de las cosas hasta que desaparezca.

No tendrá éxito porque la investigación mundial que preparó esta decisión y los consejeros litúrgicos que la rodean no tienen una experiencia concreta de las comunidades reales reunidas por este tipo de liturgia, cuya motivación se ha multiplicado por diez después de estas medidas restrictivas. Fue una decisión "fuera de lugar". Un análisis lógico, coherente, racional, pero tomado en un laboratorio, a partir de reportes, opiniones, lejos de las comunidades interesadas y de los fieles que las dirigen.

[...]

Francisco no parece conocer la realidad de estos jóvenes fieles a los que juzga con la vara de unos jóvenes sacerdotes y seminaristas a los que acusa de "rigidez": los super-cathos a los que apunta y de los que no se priva de criticar por su falta de flexibilidad, son sin duda "rígidos" para algunos. Pero… ¡estos son sus propios pequeños hijos espirituales! Como también son nietos de Benedicto XVI y bisnietos de Juan Pablo II.

Esta joven generación -minoría-, más o menos “tradi” comprometida tanto a nivel social como espiritual, ya no se reconoce en las luchas conciliares y anticonciliares de sus mayores. Estos jóvenes forman el laboratorio de la Iglesia católica del mañana y se experimentan a sí mismos como tales: ¡son la generación Francisco-Benedicto! (con un guion y no con una barra diagonal que expresaría exclusión...)

Respecto a esta generación pero también a los verdaderos fieles que pueblan este tipo de asambleas, un sacerdote que celebra en ambos ritos me dijo esta semana: "Francisco hace una pregunta justa pero la contesta injustamente". Sí, hay injusticia en el aire, especialmente cuando observamos, en los hechos, la forma en que Francisco trata a los tradis [sic] y la forma en que acoge a otras "comunidades". Estos jóvenes "tradismáticos" quedarán profundamente heridos por esta decisión de Francisco.

[...]

En el fondo, este motu proprio de Francisco contra el motu proprio de Benedicto no es una lucha de retaguardia sino la última de las luchas de la era posconciliar. En esto es espectacular y magistral.

Hay dos puntos de vista opuestos. Yo tengo disponibles los asombrosos textos del cardenal Ratzinger y Benedicto XVI sobre la liturgia que quizás ayuden a quienes todavía piensan que existe una continuidad en este campo entre los dos pontificados...

Pequeña observación: los católicos a menudo temen el debate, la controversia, la disputatio. Por falta de conocimiento de su propia historia piensan que no sería católico o cristiano estar en desacuerdo. Por cierto, basta con leer una sola “pregunta”[question] sobre las miles que hizo Tomás de Aquino en la Summa Theologica para entender que la vida intelectual, la libertad de espíritu, la toma en cuenta de opiniones contrarias son el ADN mismo de la Iglesia Católica. Los católicos no deberían congelar esta herencia como lo ha hecho la mayoría del mundo musulmán, lo que conduce a la esclerosis. […]

Sí, hay dos puntos de vista opuestos en la Iglesia Católica de hoy sobre la interpretación del Concilio Vaticano II. Vivimos con los dos pontificados de Benedicto XVI y Francisco -ambos tienen la misma “edad” este año, ocho años- como resultado de este conflicto. Este asunto del motu proprio lo hizo visible […]

Cuando fui a Roma para preparar estos temas a principios de junio, muchos se dijeron que Francisco esperaría hasta que Benedicto XVI ya no estuviera allí para publicar su motu proprio. No lo hizo. Pasó por la fuerza. ¿Podría ser también porque Francisco siente que el tiempo también se le acaba? Esto no es imposible desde la dura operación que sufrió, más grave en sus consecuencias de lo que pensamos. […]


No hay comentarios:

Publicar un comentario